Cuando celebré la primera Masterclass el pasado 18 de julio, insistí en que mi estudio histórico de los ciclos económico-bursátiles, había encontrado que éstos eran muy diferentes dependiendo de si estábamos en entornos inflacionarios o desinflacionarios.
En entornos desinflacionarios, donde la preocupación por la inflación es menor o incluso inexistente, todo lo que "mueve" el ciclo bursátil es si hay crecimiento o no. En los ciclos inflacionarios la preocupación es si la inflación mejora o no, siendo el factor de si hay crecimiento o no, algo muy secundario en importancia.
¿Por qué esto es sumamente importante? porque el ciclo bursátil no muestra la misma secuencia de eventos según se esté en uno o en otro tipo de ciclo.
Por ejemplo y hablando del momento actual, mucha gente señala que aunque la inflación empiece a moderarse en términos interanuales de aquí en adelante, aún no se puede ser alcista porque la recesión económica impactará negativamente sobre los activos de riesgo como son las acciones.
Sin embargo, y admitiendo que todo puede darse, lo cierto es que en los ciclos inflacionarios de los años setenta el mero hecho de que la inflación comenzara a moderarse, fue el principal factor alcista del mercado de acciones. O dicho de otra manera, cuando la inflación empezaba a caer, era el momento de comprar acciones de forma aproximadamente correcta.

¿Por qué ocurre esto? ¿por qué en los ciclos inflacionarios lo que importa es la inflación y el cómo esté el ciclo económico -si en recesión o no- no es tan importante?
Mi hipótesis y utilizando una analogía, es como si un paciente estuviera enfermo de una enfermedad hepática crónica, algo grave pero que no mata en el corto plazo, y que en un determinado momento se contagia de COVID cayendo gravemente enfermo. Cuando afortunadamente nuestro paciente se recupera de COVID y sale de la UCI, se alegra muchísimo y piensa en disfrutar la vida. La dicha de la buena noticia de que ha superado la grave enfermedad que le llevo a la UCI, supera a la tristeza que le generaba el estar enfermo de forma crónica del hígado.
Creo que en los mercados y la economía ocurre algo similar. Si se está en una recesión provocada por la inflación, aunque la recesión sea una enfermedad en sí misma, el simple hecho de que la inflación mejore o que sea menos mala, hace que el mercado empiece a descontar mejores expectativas futuras y por ello empieza a subir.
O dicho de otra forma, si la causa de la recesión se modera, en este caso la inflación, entonces el mercado entiende que la recesión acabará más pronto que tarde, dando igual como esté el mercado laboral o la producción industrial en ese momento, ya que las expectativas positivas superan a la realidad negativa del momento presente. Y recordemos que los mercados se mueven por expectativas futuras, valga la redundancia, y no por el presente actual.
Ya en la Masterclass mostré múltiples datos que señalaban que lo probable es que la inflación se moderase en los siguientes meses. Y, efectivamente, la inflación ha comenzado a moderarse este verano y las perspectivas siguen apuntando en la buena dirección. Pongo algunos datos actualizados.
Por ejemplo, las encuesta de situación empresarial (no confundir con "encuestas de sentimiento") del instituto ISM, muestra que las empresas están pagando precios más bajo que hace unos meses, lo cual augura que la inflación general seguirá descendiendo.

En otro ejemplo, la continua caída de los precios de los productores en China, también augura que la inflación en Estados Unidos se dirige a la baja, ya que ambas economías están profundamente interconectadas.

Y no menos importante, a pesar de todo lo ocurrido y lo que está ocurriendo en la escena internacional, el petróleo lleva declinando con fuerza 4 meses y su tasa de crecimiento interanual se ha moderado a un aceptable +19,82%. Como expliqué en la Masterclass, la dirección del petróleo nos iba a decir en tiempo real por donde iba a ir la inflación, si a peor o a mejor. Y lleva cuatro meses mejorando cotizando ya en los 83 dólares el barril.

Todo apunta a que el punto de inflexión en el petróleo ya se ha dado y de que la tasa interanual de inflación empezará a bajar con fuerza. La próxima semana saldrá el dato de inflación mensual en EEUU y con seguridad los mercados reaccionarán con violencia, sea al alza o a la baja, a las lecturas que salgan publicadas. Pero mi apuesta es que la inflación va a mejorar a partir de aquí y por tanto creo que el segundo gran factor para que nazca un mercado alcista, aparte de la amplitud de mercado, se va a activar en los próximos meses.
Sigo bajista, porque hasta que no se den los factores alcistas, es como si no hubiera ocurrido nada, pero los datos son los datos y estos están mejorando. Pronto podríamos ver una gran señal de que ha nacido un nuevo mercado al alza.