Cuando comunico, dado que me dirijo a miles de personas de diferentes perfiles, desde profesionales a no iniciados, siempre intento no solo basarme en determinadas lógicas o reglas, sino también intento que la comunicación se transmita de la forma más coherente posible para evitar el crear confusión.

Por ello, casi todos mis comentarios van dirigidos al medio plazo, que suele ser algo así como a un año vista aproximadamente y que es un plazo coherente con el análisis y seguimiento del ciclo económico-bursátil, que al final es lo que más me interesa como inversor, tanto en mi faceta de inversor sistemático (con reglas fijas) seguidor de tendencias (tal y como es la Cartera educativa Super Trends), como en m faceta de inversor discrecional (sin reglas fijas).

Pero luego también tengo opiniones de largo plazo y de corto plazo, las cuales pueden parecer contradictorias con las de medio plazo, pero que en realidad no lo son si uno acepta como natural que uno puede pensar muy distinto según del plazo al que se esté refiriendo.

Por ejemplo, a medio plazo sigo siendo alcista a día de hoy, pero a largo plazo soy bastante pesimista porque éste es un mercado muy caro. Lo expliqué hace un año aquí en el Club y un año después sigo pensando lo mismo o incluso con más claridad: a largo plazo las acciones estadounidenses van a a mostrar una "década perdida".

Esto es algo que como inversor de medio plazo no me incomoda lo más mínimo, ya que en medio de las "décadas perdidas" se producen importantes tendencias en los diferentes activos de los mercados financieros internaciones, sean acciones, bonos, metales preciosos u otros activos.

Un indicador, en este caso de Elliot Wave International, que tiene en cuenta múltiples medidas de valoración para determinar si la bolsa estadounidense está cara o barata. Ahora mismo estaría en uno de sus puntos más caros de la historia, lo cual, sin saberse el timing concreto, típicamente es seguido por la aparición de importantes mercados bajistas que provocan décadas de rentabilidades nulas o casi planas, es decir "décadas perdidas".
Las burbujas, o si se prefiere "mercados muy caros" porque no todas las burbujas son iguales, suelen producirse por una rentabilidad extraordinaria de las acciones "growth" o de crecimiento, las cuales luego de ese auge temporal pasan por una fase de rentabilidades inferiores que suelen arrastrar al conjunto del mercado. La situación actual nunca me ha parecido similar a la de la burbuja puntocom del año 2000, sino a la burbuja de las Nifty Fifty (o "Maravillosas 50") de finales de los años sesenta y principios de los setenta.
Entre el año 2000 y 2013, el índice S&P 500 no fue a ningún lugar, pero eso no fue impedimento para que se produjeran importantes tendencias, alcistas y bajistas, de medio plazo.

E igual que a largo plazo tengo una opinión muy distinta a la del medio plazo, en el corto plazo de unas pocas semanas o muy pocos meses, me han entrado dudas y estoy viendo algunas cosas preocupantes.

Meras dudas que no me dan ni para tratar de tener una opinión firme en este corto plazo, pero que son elementos que quiero compartir porque es lo que estoy observando ahora mismo, por si más adelante se transforman en elementos que puedan modificar el medio plazo en el que suelo centrarme.

Así que dichas todas las prevenciones y con la esperanza de no generar confusión en el más importante medio plazo, allá voy con estos elementos que están llamando mi atención en el corto plazo.

Por un lado estoy preocupado por la evolución de las pequeñas cotizadas o "small caps", las cuales son acciones muy cíclicas que correlacionan más con el ciclo económico que otras acciones como las de muy grande capitalización.

De la euforia por la victoria electoral de Donald Trump, donde las small caps saltaron a un nuevo máximo histórico y por fin superando el máximo de 2022 del anterior mercado alcista, hemos visto como todo ese optimismo se ha desinflado en apenas 3 meses y las pequeñas cotizadas amenazan con caer por debajo de su media de 200 sesiones.

ETF "IWM" de Small Caps de la bolsa estadounidense. Donde hace solo 3 meses se produjo un fuerte optimismo, ahora ese optimismo luce completamente ausente y con riesgo de corregir más.
Gráfico largo plazo de ETF "IWM", ahora en base mensual. En noviembre de 2024 se alcanzó un nuevo máximo histórico superando el máximo de 2022, pero desde entonces se ha producido un giro repentino a la baja y arriesgando el perderse la media de 10 meses (similar a la de 200 sesiones).

Este tipo de "negaciones" del mercado, especialmente cuando todo el mundo esperaba subidas bursátiles ante las renovadas perspectivas que traía la victoria de Donald Trump, suelen llamar mi atención, porque suelen indicar que el sentimiento de los inversores ha ido muy por delante de la realidad y cuando la realidad resulta no ser tan brillante como se esperaba, las bolsas suelen estancarse o corregir.

La victoria de Trump trajo la expectativa alcista sobre el mercado bursátil más elevada de toda la serie histórica en la encuesta a los consumidores llevada a cabo por la Universidad de Michigan. Aunque el sentimiento solo es un elemento más, lo cierto es que si la realidad posterior no confirma ese sentimiento, el mercado suele, como mínimo, estancarse.
Los flujos hacia la renta variable han sido muy elevados en los últimos meses, en sintonía con el fuerte repunte del optimismo observado en los últimos meses, especialmente en noviembre y diciembre.

Toda esta situación, repito, sin necesariamente parecerme bajista a medio plazo porque no tengo los elementos de juicio suficientes, me recuerda mucho a la figura 18.3 de mi libro El Inversor Global (recuerda que como miembro del Club puedes descargártelo gratis aquí) donde ejemplificaba que a veces la macro está relativamente estable, así como las bolsas, pero que cuando hay un sentimiento optimista desbocado, hay escaso margen para sorpresas positivas.

Tan escaso que a la mínima que no se cumple el escenario idealizado, el mercado se estanca o corrige en el corto plazo. Esto es justo lo que me preocupa que pueda estar ocurriendo en estos momentos.

Figura 18.3 del libro El Inversor Global del que soy autor. Con este esquema traté de explicar que el mercado tiene tres dimensiones independientes y que a veces la gran divergencia no se produce entre la dirección del ciclo macroeconómico y las bolsas, sino entre el ciclo económico-bursátil y el sentimiento de los inversores. Si el sentimiento está desbocado al alza por ser muy optimista, el mercado se puede estancar o corregir si no se produce una gran reaceleración macroeconómica.
A pesar el fuerte optimismo económico y bursátil que generó la victoria de Trump, los indicadores de difusión se han enfriado en enero y diciembre, tal y como muestra el PMI Servicios sobre Estados Unidos que declinó por debajo de 50% por primera vez desde la fase de desaceleración económica de 2022-2023.

En resumidas cuentas, me pregunto si el mercado no se volvió demasiado optimista pero que la realidad que está llegando es una más fría de lo esperado, algo que puede hacer que los inversores hayan dado un paso muy equivocado en el corto plazo, haciéndose necesaria una mayor purga.

Otra cosa que está llamando mi atención es la mala evolución bursátil del sector de promotores inmobiliarios. Por supuesto, su caída en 2022 fue una señal de alarma porque es un sector muy cíclico. Ahora, vuelve a caer en términos interanuales, a día de hoy un -1,34%.

Históricamente ver este sector caer de un año para otro, suele correlacionar de forma muy elevada por desaceleraciones del ciclo económico. Por supuesto, no todas las desaceleraciones acaban en recesión, pero suelen ser eventos bursátiles de importancia. Mi pregunta es ¿por qué este sector está tan débil ahora mismo?

Sector de promotores inmobiliarios en el panel superior y evolución del mismo en términos interanuales (panel inferior). Lecturas negativas de un año para otro correlacionan con etapas débiles del ciclo económico bursátil. A veces solo en el corto plazo y a veces a medio plazo.

Todo esto me lleva, de nuevo, a preguntarme ¿no estaremos entrando en una desaceleración del ciclo en Estados Unidos, ya sea por las políticas de Trump o por lo que sea? Si es así, como digo, los inversores pasarían de un fuerte optimismo a asustarse por la falta de crecimiento (growth scare), algo que suele tener un impacto negativo en el mercado, porque apenas se cotizaban sorpresas negativas.

Si otras caídas puntuales del mercado general durante los últimos meses no me han parecido relevantes (1, 2), la caída del pasado viernes 21 de febrero llamó mi atención, porque lo hizo en modo "risk off". Es decir, en una huida de los activos considerados de riesgo, como las acciones, y hacia los activos considerados defensivos, como los bonos soberanos.

Otro elemento adicional es una anécdota, pero es el tipo de anécdota que dice mucho sobre el sentimiento imperante, al menos a corto plazo.

Este sábado 22 de febrero, Pablo Gil publicó este tuit de carácter marcadamente bajista que reproduzco a continuación.

Tuit de Pablo Gil el pasado 22 de febrero en X (Twitter).

Jamás hablo de las opiniones de otros profesionales de los mercados financieros y tampoco aquí lo estoy haciendo. Y es que lo que llamó mi atención no es dicho tuit, sino la casi unanimidad de las respuestas en las que le criticaban duramente por ser bajista (por lo visto desde hace bastante tiempo).

Más del 80% de las respuestas eran claramente críticas con el dato expuesto.

Según mi experiencia, y reconozco que no tengo nada objetivo en lo que apoyarme, cuando las opiniones de los lectores en los medios de comunicaciones o redes sociales electrónicos tienden a la unanimidad, es que el mercado está en riesgo de moverse en la dirección contraria, al menos en el corto plazo.

Otra cosa. A nivel técnico, uno de mis indicadores favoritos para determinar la salud de la tendencia de precios, es la evolución de la amplitud del mercado, es decir, del comportamiento general de la bolsa. Como siempre digo, un indicador por sí mismo no me lleva a tomar ninguna postura porque hay que valorar una pluralidad de elementos, así como el contexto general.

De hecho, ahora mismo este indicador aún sigue en terreno positivo, pero por los pelos. Que volviera a declinar por debajo de su propia media de 50 sesiones, lanzaría una alerta técnica.

En magenta acumulado de nuevos máximos menos nuevos mínimos anuales en la bolsa de Nueva York y en azul media de 50 sesiones de este acumulado.
Mismo indicador pero a un año vista. De momento sigue en terreno positivo, pero una caída a terreno negativo y violar mínimos crecientes del índice S&P 500, generarían una "gran duda técnica".

Y aquí lo dejo. Todas estas dudas y puntos oscuros, por supuesto los seguiremos de cerca aquí en el Club, siempre en el fondo, con la misión de identificar si la tendencia de medio plazo continúa su camino o no.

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