La inflación interanual siguió desacelerándose durante el pasado mes de abril en los Estados Unidos, hasta marcar un crecimiento del 4,9%, la tasa más baja desde mayo de 2021, es decir, esencialmente la más baja de los 2 últimos años.

Inflación interanual en EE.UU. desde 1968

Como vengo explicando desde hace meses en el Club, se pueden construir tantas versiones de los datos de inflación, quitando o añadiendo subelementos, que al final es bastante fácil encontrar cualquier serie que justifique la posición de cualquier analista, tanto para decir que vamos hacia fuerte inflación de largo plazo como lo contrario, deflación o caída real de los precios.

Por ello, desde hace tiempo siempre muestro las mismas series cuando hablamos de inflación, para tratar de mantener la coherencia y tratar de evitar, en la medida de los posible, los sesgos.

Por ejemplo, una de las series más relevantes que seguimos es la de la inflación excluyendo la inflación inmobiliaria, habida cuenta que es un hecho reconocido por todos que el segmento inmobiliario del cálculo de la inflación general es tremendamente retrasado con respecto a la realidad.

Observadas las cosas de esta manera, vemos que la inflación interanual sigue siendo algo elevada con respecto  a los últimos años, pero ya se encuentra en el 3,39% y ha empezado a estar dentro del rango visto durante los últimos 30 años.

Inflación interanual excluyendo la inflación inmobiliaria

También ha sido mi sugerencia el observar este dato según sus variaciones intermensuales, para tratar de entender si las lecturas que estamos observando están dentro del rango de lo normal con respecto a la historia reciente. Y con un repunte del 0,53% en abril con respecto a marzo de este año, efectivamente podemos hablar de que la inflación se está comportando dentro del rango histórico y, por tanto, estaría evolucionando sin una gran aceleración de los precios como pudimos ver durante la anomalía inflacionaria de 2021-22.

Otro dato que tratamos fue el de la inflación de los componentes menos volátiles (sticky inflation), que son aquellos precios que no son tan volátiles porque incorporan en mayor medida expectativas futuras sobre la inflación, es decir, que no están tan influenciados por los vaivenes del momento.

Esta inflación menos volátil ya está en el 4,48% interanual y se ve claramente que está en pleno descenso.

Inflación interanual excluyendo elementos más volátiles

En términos intermensuales, la lectura de un crecimiento del 0,21% es la más baja desde septiembre de 2021, confirmando que no se están dando lecturas elevadas como las que se pudieron observar durante la anomalía inflacionaria de 2021-22.

Inflación intermensual de los componentes menos volátiles

Por todo ello, el entorno actual sigue siendo uno positivo para los mercados de riesgo, como lo es el mercado de acciones. Tal y como señalé en la Masterclass de julio de 2022, el que la inflación interanual comenzara a descender, sería el gran factor alcista para las bolsas.

Rojo, inflación interanual EE.UU. Azul, S&P 500.

Así, en junio de 2022 el mercado intentó formar un suelo justo cuando la inflación hacía techo (dato de inflación que se conoció en julio de 2022), para luego formar un clásico "retest" de mínimos en octubre del mismo año.

Ahora bien, aunque a nivel global se está en un mercado alcista firme, lo cierto es que durante los últimos 5 meses el S&P 500 no termina de "despegar" al alza con energía. En esos 5 meses ha corregido dos veces, para volver a recuperar niveles posteriormente, sin haber logrando un gran avance.

Desde mi punto de vista, a medida que la inflación se va normalizando, el mercado ha ido perdiendo "reactividad" a esos datos de inflación, especialmente cuando no salen muy alejados de las expectativas, ni para bien ni para mal.

Según mi intuición, si es que sirve de algo, lo que está ocurriendo en esta fase es que el mercado está a la espera de que se revelen otros elementos macroeconómicos.

Así, una vez que la inflación se está normalizando, el mercado está esperando a otros datos para entender por donde van los tiros. Por ejemplo, y según mi opinión, si empezaran a salir malos datos de empleo, eso debería mover el mercado fuertemente al alza, porque esos malos datos de empleo crearían la expectativa de una fuerte caída de los tipos de interés, lo cual podría justificar mayores valoraciones en el mercado y que el rally se acelere.

O, dicho de otro modo, a estas alturas, con la inflación moderándose, ya no es la inflación la principal influencia sobre los tipos de interés, sino si hay crecimiento o no. Y esa conclusión sobre si hay mayor crecimiento o no, la va a obtener el mercado observando el mercado laboral.

Por lo demás, seguimos viendo señales clásicas de los mercados alcistas. La última es que cuando tras 12 meses o más en rentabilidades interanuales negativas, el mercado pasa a tener rentabilidades interanuales positivas, es que efectivamente se suele estar en un mercado alcista, al menos de medio plazo, tal y como podemos ver en el siguiente gráfico.

Coherente con esta situación de mercado alcista más calmado que la fase previa, tenemos a un VIX, el llamado índice del miedo, que ha empezado a cotizar por debajo de 20, algo clásico en los mercados alcistas confirmados.

Lo cierto es que los mercados alcistas suelen ser por definición mucho más aburridos y lentos que los mercados bajistas. Pero es en los mercados alcistas donde se hace el dinero.

Dicho esto, la sorpresa de subidas más rápidas puede llegar en cualquier momento. Es algo imprevisible. Pero, en mi opinión, el principal factor que puede acelerar esas subidas, más allá del ruido del extremo corto plazo, es que los datos laborales muestren debilidad en la economía estadounidense. ¡Lo iremos viendo!

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