Como expliqué en mi análisis de la pasada semana aquí en el Club, la situación actual es una extremadamente extraña en la que el Tesoro de Estados Unidos está tratando de desinflar los mercados de riesgo, para así forzar a que la FED baje los tipos de interés y que ello afecte a toda la curva de deuda y el país pueda refinanciarse a mejores precios y, finalmente, con ello empezar a reducir el escandaloso déficit que corroe las finanzas públicas de los Estados Unidos de América.

Esta actitud del Tesoro no significa que el gobierno necesariamente busque una recesión, pero si parece estar buscando una desaceleración económica que permita la materialización de sus planes. No obstante, como se suele decir, "las armas las carga el diablo" y tratar de manipular de esta manera el ciclo económico-bursátil, puede acabar provocando dicha recesión económica.

De ahí que el Secretario del Tesoro, Scott Bessent, dijera el pasado 18 de marzo que "pedir garantías de que no vaya a producirse una recesión, es infantil". Se agradece que hable a la gente como adultos y no como niños a los que hay que cubrir de mentiras, que es a lo que nos suelen tener acostumbrados los políticos.

Y, como también exploramos en dicho análisis, han empezado a darse indicios tempranos de caída aguda de la confianza de los consumidores y las empresas, que es lo que me hace elevar la alerta de recesión a "naranja" y estar en modo activo de "búsqueda de recesión", para tratar de detectarla lo antes posible, si es que dicha recesión ha de llegar.

Encuesta a los consumidores por parte de la Universidad de Michigan, sobre sus expectativas con respecto al mercado laboral en el siguiente año (en blanco) y variación interanual del desempleo (en azul e invertido por motivos didácticos). Si el histórico de esta encuesta es una buena guía, pronto debería llegar una recesión con pérdida de puestos de trabajo.
Otra encuesta, esta vez la de los consumidores elaborada por The Conference Board, también está mostrando el mayor nivel de pesimismo desde la pandemia, con niveles incluso inferiores a los de 2022 cuando se produjo el mercado bajista provocado por la rápida subida de tipos de interés por parte de la Reserva Federal. Con la excepción de mediados de los 80s, el actual nivel de pesimismo históricamente ha correlacionado con la entrada de la economía en recesión.

A pesar de todo ello, solo me volvería bajista, o si se prefiere "realmente pesimista" con respecto al ciclo económico-bursátil, si la observación de los indicadores macroeconómicos "duros", es decir los que no son meras encuestas, me señalasen que el camino más probable es a la baja, tanto en la economía como en el mercado de acciones. Dicho de otra manera, sólo elevaría la alerta de naranja a roja si de verdad detecto grietas palpables en la economía estadounidense y tal vez en la economía global.

Al fin y al cabo, aunque estas variadas encuestas de sentimiento económico a los hogares y empresas tienen un largo historial de varias décadas, siempre cabe la posibilidad de que estén sesgadas por la fuerte polarización política que vive el país, o tal vez por otros factores relacionados con los aranceles de la administración Trump.

El dato macro de "initial claims" o nuevas solicitudes de ayuda por desempleo en Estados Unidos, es un indicador adelantado muy seguido por economistas e inversores, ya que es de los primeros en señalar problemas en la economía cuando el ciclo pasa por dificultades, además de que es un dato macro de alta frecuencia de publicación, ya que se da a conocer cada jueves. Actualmente muestra una lectura completamente benigna, mostrando que, al menos hasta la semana pasada, no se estaba produciendo un número significativo de despidos. La lectura clave que pondría nerviosos a los mercados, es si empieza a superar las 260.000 solicitudes por semana.

Y, en caso de que llegue esa potencial recesión y mercado bajista ¿cómo se comportarían los diferentes activos de inversión?, ¿qué activo lo haría mejor que el resto? o, aún más importante y en vez de preguntar por su rentabilidad absoluta, nos podemos preguntar ¿qué activo lo haría mejor con respecto a su riesgo asumido? que es algo así casi como preguntarse sobre qué activo sería más fácil de operar o invertir porque tendría menos probabilidades de echarnos si roza nuestro punto de stop loss.

Mercado de acciones

El mercado de acciones es uno que es muy sensible a las fases de crecimiento y contracción económica. Esto es lógico, porque mayor crecimiento económico esperado en el conjunto de la economía hace que automáticamente aumenten las expectativas de mayores beneficios por parte de las empresas. Y viceversa, las expectativas de una recesión hunden las expectativas de beneficios.

Para ver esto con claridad, vamos a utilizar el indicador adelantado de la OCDE para el G20 y sus puntos de inflexión. Como he explicado en el pasado, un giro a la baja de este indicador no necesariamente significa que la economía entrará en recesión, pero si indica, ya que está construido para ello, cuando la economía entra en una fase de desaceleración económica.

Y luego lo que ocurre, es que algunas de esas desaceleraciones profundizan y terminan en recesión. Pero a efectos bursátiles todo esto suele dar igual, porque el mero hecho de una desaceleración económica ya suele afectar negativamente al mercado de acciones.

Indicador adelantado o líder de la OCDE para el G20 y puntos de inflexión a la baja del ciclo económico.
índice Global Dow que agrupa a las 150 mayores empresas cotizadas del planeta y señalado en rojo los puntos de inflexión del indicador líder de la OCDE para el G20. A excepción de la instantánea recesión de la pandemia, un giro a la baja del indicador adelantado, señalando que comenzaba una fase de desaceleración económica (y a veces más tarde una recesión), muestra como a partir de esos puntos la renta variable global suele caer y, sobre todo, tiene una alta incapacidad para apreciarse.

Explicadas estas lógicas y realidades, lo cierto es que cuando uno cree haber detectado una desaceleración/recesión económica, suele ser acertado el mostrarse cauto o neutral (todo depende de lo que haga cada uno en sus inversiones) con respecto al mercado de acciones. De esto no hay duda como bien muestran los gráficos históricos.

Pero ponerse corto o bajista en el mercado de acciones, ya sea mediante la venta "a corto" de acciones, o más típicamente mediante derivados como futuros u opciones, suele ser un deporte con una alta tasa de "mortalidad".

Si observamos de nuevo el gráfico del índice Global Dow, está claro que una vez que una desaceleración comienza, los siguientes meses y trimestres son complicados para las acciones. Pero de ahí a ponerse posicionados a la baja hay una diferencia abismal. Es cierto que el mercado de acciones baja directamente nada más comenzar algunas desaceleraciones o recesiones económicas, como fue el caso de 2011, pero la mayoría de las veces el mercado de acciones tarda meses y hasta trimestres en "bajar de verdad" o aún está por formar su último máximo cíclico, lo cual hace que el "deporte" de operar a la baja, sea extremadamente dificultoso.

Aunque el indicador adelantado de la OCDE para el G20 giró a la baja en junio de 2007, lo cierto es que el mercado formó su máximo de ese ciclo 4 meses más tarde y, en general, estuvo cotizando en un amplio lateral de aproximadamente un año de duración, antes de entrar con decisión en un profundo mercado bajista.

Este comportamiento del mercado de acciones de "no responder enseguida" a los cambios a la baja en el ciclo, hace que si bien mostrarse cauto/neutro sea normalmente una buena decisión, el apostar a la baja sea una actividad de alto riesgo, porque encontrar el momento preciso es harto difícil.

En mi opinión, esto ocurre así porque la enorme mayoría de inversores en acciones, casi por definición, son inversores que obtienen beneficios con las subidas bursátiles, solo siendo una extremadamente pequeña minoría los que especulan a la baja.

Esto, junto con el hecho de que una buena parte de ese mercado son inversores minoristas, hace que las bolsas tengan un fuerte componente de sentimiento inversor, al menos más que otros mercados. Y como la mayoría de los inversores viven entre el optimismo y la esperanza de que las acciones sigan subiendo, hace que muchas veces "compren el mínimo" y mantengan la esperanza "hasta el final", cuando ya relativamente tarde reconocen el problema de la presencia de una desaceleración económica y venden en masa.

Bitcoin y otras criptodivisas

Bitcoin y por extensión otras criptodivisas, desde finales de 2017 cuando se popularizaron entre el público estas inversiones, mantienen una elevadísima correlación con el mercado de acciones, en especial con su sector más tecnológico.

De ahí que, aunque obviamente los números de rentabilidades son muy diferentes ya que Bitcoin es un activo extraordinariamente volátil, en términos de tendencia y puntos de inflexión principales, Bitcoin e índice Nasdaq se parezcan tanto.

En magenta Bitcoin (escala derecha) y en gris Nasdaq 100 (escala derecha). Se muestran la cercanía de los mínimos cíclicos de ambos activos, muy cercanos en el tiempo.

Por ello, la interpretación aquí es muy similar a la del epígrafe anterior sobre el mercado de acciones: los puntos de inflexión de los indicadores líderes a la baja son una buena señal para ser cautos o neutrales sobre Bitcoin, pero posicionarse a la baja es un deporte de muy alto riesgo. Más si cabe en un activo tan volátil como éste, donde una posición bajista podría perder infinito. Lo desaconsejo totalmente, aún más que en el caso del mercado de acciones.

Oro y Plata

El gran valor como inversión del Oro, algo a veces muy incomprendido por una gran cantidad de inversores, es la descorrelación que típicamente ofrece con respecto a otros activos de inversión que podemos mantener en cartera. En un mundo donde casi todo baja y sube a la vez, el poder contar con un activo diferente, no tiene precio.

En las últimas décadas casi siempre que la FED bajaba tipos de interés, normalmente porque se estaba en medio de una recesión económica, el Oro salía muy beneficiado, ya que unos menores tipos de interés reales forzaba a que los inversores se refugiaran en un activo que en el muy largo plazo se caracteriza por salvaguardar su valor.

Gráfico mensual del oro desde 1998 a la actualidad. No siempre ha sido así, pero la gran mayoría de veces que la FED baja tipos de interés (en magenta en el gráfico señalándose el comienzo del ciclo de bajadas de tipos con líneas del mismo color), el Oro ha reacelerado su tendencia alcista. De momento está siendo igual en este ciclo.

No obstante, como expliqué en diciembre de 2023 y en abril de 2024 en la tesis alcista que lancé sobre el mercado del Oro y la continuación de la misma, desde la primavera de 2022, cuando Occidente confiscó los activos rusos en el exterior (300.000 millones de dólares), el Oro rompió su patrón histórico con los tipos de interés reales y fluctúa sin que sepamos exactamente por qué factores fundamentales.

Como dije en aquellos dos análisis y que recomiendo leer a quien aún no lo haya hecho para entender mejor el mercado del Oro, esto lejos de alejarnos del Oro, es un estimulante para estar dentro porque, cuando algo cambia profundamente en un mercado, es posible que se desarrollen tendencias de gran magnitud. De momento parece estar ocurriendo así.

En todo caso, el que los tipos de interés desciendan a causa de una recesión, no debería ser un factor negativo para el Oro, sino probablemente todo lo contrario, ya que una buena parte de inversores buscarían refugiarse en el metal dorado ante el hecho de que se estuvieran reduciendo los tipos de interés reales, o en otras palabras, ante el hecho de que se estuviera reduciendo la remuneración por mantener activos financieros en cartera.

Como última nota sobre los metales preciosos, cuando hablo del Oro también estoy hablando de la Plata, ya que la dirección de sus tendencias son calcadas, aunque a largo plazo la Plata deja mucho que desear. Eso sí, a cambio de esa pobre rentabilidad de largo plazo, en momentos agudos de crisis la Plata se aprecia mucho más que el Oro. Como suelo decir en tono jocoso, la plata "es la prima hermana loca del Oro".

Gráfico de rentabilidades totales de la Plata (gris) y el Oro (dorado). Ambos en dólares.

Bonos

He dejado para el final los bonos soberanos (deuda pública) de países refugio como Estados Unidos o Alemania, porque en caso de recesión suelen ser el activo que presenta un mejor beneficio/riesgo y, por momentos, se aprecian casi en línea recta cuando se desatan dichas recesiones, lo cual los hace ideales incluso para una operativa de corto plazo.

Si no has negociado bonos antes, no te "asustes", son un activo como cualquier otro y se pueden negociar fácilmente a través de ETFs (por ejemplo "IEF" en la bolsa de Nueva York o su versión UCIT en Europa con código IE00B1FZS798).

A los bonos, al igual que otros activos, les influyen las expectativas de crecimiento e inflación a medio y largo plazo, pero sobre todo son muy reactivos a las variaciones en los tipos de interés oficiales, especialmente en momentos de recesión económica donde los tipos de interés bajan rápidamente en cuestión de meses.

Espero que el siguiente gráfico donde muestro tres variable, no sea muy lioso. Por un lado, en gráfico de velas mensuales, tenemos el precio del ETF "IEF" cuya cesta está compuesta por bonos soberanos de EEUU con vencimientos de entre 7 y 10 años. En línea continua negra tenemos los tipos de interés oficiales fijados por la Reserva Federal. Y los puntos en rojo son los giros a la baja del indicador adelantado de la OCDE para el G20 que ya hemos visto anteriormente.

ETF "IEF", tipos de interés oficiales y en rojo puntos de inflexión a la baja del indicador adelantado de la OCDE para el G20.

La idea general es que cuando la Reserva Federal comienza a recortar los tipos de interés oficiales, normalmente porque se está dando un situación de desaceleración económica, los bonos suelen apreciarse casi en línea recta, o al menos presentan varias fases alcistas con buenas rentabilidades ajustadas al riesgo asumido.

Esto lo podemos ver en el gráfico anterior, por ejemplo a finales de 2007 o en 2019-2020 (antes y durante la pandemia), ocasiones en las que la FED comenzó a reducir velozmente los tipos de interés oficiales, haciendo que el precio de los bonos se disparara.

Luego, dado que hubo una larga época de tipos de interés 0% durante la pasada década, la señal de la FED recortando tipos no existió, pero como se puede observar, en ese entorno de fuertes estímulos monetarios, a poco que la economía se desaceleraba (puntos rojos 2011 o 2014), los bonos también se apreciaron con energía.

Como se puede entender de todo esto, el que la FED esté recortando tipos de interés y que además lo esté haciendo porque se vislumbra una desaceleración económica, es un entorno fuertemente alcista para los bonos soberanos de países refugio, haciendo que prácticamente sea la mejor inversión posible en tiempos de recesión. Y, además, sin tantos problemas de "timing" como ocurre cuando se intenta operar a la baja con los activos de riesgo como son las acciones o las criptodivisas.

Espero que estas notas ayuden a entender lo que se puede esperar de los diferentes activos de inversión en el caso de que llegue una recesión económica. Mientras tanto, seguimos en alerta naranja y observando de cerca los acontecimientos para tratar de entender si se eleva la alerta a roja.

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