Todos los ciclos de mercado son similares. Nunca iguales en las noticias y eventos que los componen, pero sí similares en el orden en el que se suceden sus diferentes fases.

Primero el mercado cae porque algo ocurre, a continuación el pesimismo repunta hasta la estratosfera y, luego, dada la naturaleza cíclica de cómo fluctúan los asuntos humanos y los fuertes incentivos existentes para que las cosas mejoren, los mercados suelen acabar recuperándose a medida que se comprueba que la realidad no se demuestra tan negativa como se esperaba inicialmente y, en su fase final, vuelve a reaparecer el optimismo o los "animal spirits" y, con ello, los mercados experimentan una fuerte tendencia alcista.

Esto es así una y otra vez ad infinitum. El trabajo de un analista o inversor que aspira a una aproximación lo más seria posible a los mercados desde un enfoque macro, es en primer lugar aceptar la naturaleza cíclica de los mercados, sin casarse de por vida con ningún lado en particular, ya sea el alcista o el bajista, y, en segundo lugar, en reconocer los diferentes elementos que componen cada una de las fases del ciclo económico-bursátil.

La dificultad está (i) en reconocer correctamente los elementos similares pero no exactamente iguales que aparecen en las diferentes fases de cada ciclo, los cuáles pueden ser confundidos por las características y noticias únicas que tiene cada ciclo y (ii) en reconocer que no hay ningún tiempo mínimo o máximo para ninguna de esas fases del ciclo y que pueden ser tan breves o tan largas como rico es el mundo en posibilidades (por ejemplo, un mercado bajista puede ser tan breve como 20 días y otro mercado bajista puede extenderse durante año y medio).

Actualmente, en mi opinión naturalmente, estamos en una fase alcista bastante sólida. Si bien es la situación macro y el estado de la amplitud y comportamiento interno del mercado los que me hacen ser alcista, es el sentimiento de los inversores lo que me hace pensar que probablemente estemos en una fase alcista, como digo, sólida.

Cuando todo el mundo es alcista y opina de forma similar, por supuesto no necesariamente significa que el mercado vaya a caer en el corto plazo, ya que existen otros factores más allá del sentimiento de mercado, pero sí significa que el peligro de corrección es considerablemente mayor de lo normal.

La falta de diversidad de opiniones es un problema que revela fragilidad en el mercado, porque un mercado sano, por definición, es uno el que hay diversidad de opiniones que lo equilibren. Esto, que me ha costado lustros aprenderlo a base de experiencia, lo resume el legendario gestor macro George Soros en la siguiente frase:

«Al ser tan crítico, con frecuencia soy considerado un 'contrarian'. Sin embargo, en realidad soy muy cauto a la hora de contradecir a las masas, porque se corre el riesgo de que te pisoteen. Lo cierto es que la mayor parte del tiempo soy un seguidor de tendencias, pero siempre soy consciente de que formo parte del rebaño y estoy atento a los puntos de inflexión. Intento observar señales de que la tendencia ha llegado a su final y en ese momento me separo del rebaño y busco otra idea de inversión. O si creo que la tendencia incluso ha sido llevada hasta un exceso, puede que prueba a apostar contra la misma»

Es por todo esto que cuando esta semana se ha vuelto relativamente viral el titular del Wall Street Journal, que decía "¿Por qué sube la bolsa? Nadie lo sabe", que yo recuerdo este principio de que cuanto menos comprendida y compartida sea una tendencia bursátil, más te puedes fiar de ella.

Post de una cuenta financiera en la red social X haciéndose eco el pasado 22 de julio del titular del diario estadounidense Wall Street Journal donde se decía "¿Por qué sube la bolsa? Nadie lo sabe".

Y, en el mismo sentido, estas semanas he escuchado a múltiples analistas hablando de los "peligros" de las subidas en las cotizaciones, de la probabilidad de una corrección de mercado inminente (como si el mercado no corrigiera cada poco), y de otros elementos supuestamente inusuales que serían indicios claros que estarían haciendo peligrar la actual tendencia alcista en bolsa.

Elementos tan espurios como que los gestores globales de inversiones mantienen en la actualidad el menor efectivo en cartera, sugiriendo la idea de que estos gestores ya han asignado casi todo su capital a inversiones y que no quedaría más pólvora para seguir alimentando las subidas.

Una idea sugerente hasta que analizas el dato y se demuestra que no hay ninguna correlación entre que los gestores de inversiones mantengan una posición pequeña de efectivo y lo que a continuación hará el mercado en los siguientes meses o trimestres.

Si, es verdad, una vez en 2007 los gestores mantuvieron una pequeña posición de efectivo en cartera y luego vino la madre de todas las crisis. Pero, ¿qué hay de las señales de 2003, 2005, 2006, 2009, 2010, 2013 o 2021 que no trajeron ningún peligro "inmediato", sino además todo lo contrario...más subidas bursátiles?

La gente suele comentar datos que podrían tener cierta lógica (como que cuando los inversores profesionales están muy invertidos y con poco efectivo en caja, el mercado ya ha subido demasiado y estaría por cambiar de tendencia o sufrir una fuerte corrección), pero olvidan comprobar si esto es cierto en términos históricos. Y, en el caso de este dato, la historia muestra más bien lo contrario: baja posición de efectivo por parte de los gestores globales correlaciona muy bien con los mercados alcistas. Es decir, que es lo normal cuando las cosas van bien y no tiene ningún otro significado.

Otro dato espurio de estos días, es un dato que siempre vuelve y siempre es malinterpretado por las mismas personas, se trata del ratio de ventas de acciones con respecto a las compras por parte de los directivos de las empresas cotizadas, o tal y como se les denomina en inglés, de los "insiders".

La teoría superficial es que ver a los directivos de las empresas cotizadas vender sus acciones, es un mal signo para el mercado porque se supone que ellos saben algo que los demás no saben (de lo contrario no venderían dichas acciones que podrían revalorizarse aún más).

Sin embargo, la realidad histórica, como ya expliqué en un artículo dedicado a este concepto en enero de 2024, es que la venta de acciones por parte de los directivos es un fenómeno propio de mercados alcistas sólidos, ya que es sólo en esos "entornos alcistas" donde no está mal visto ni "penalizado" que vendan sus acciones para costearse sus "necesidades de clase".

Así que lo que en la teoría y cabezas de muchos es un elementos bajista, en realidad la historia demuestra que es positivo ver a los insiders vender acciones porque eso es típico de un fuerte y robusto mercado alcista.

A contrasentido de las teorías clásicas sobre la teoría de la opinión contraria, en realidad ver a los insiders vender es un factor positivo para el mercado de acciones.

El resumen de todos estos indicadores que tratan de descifrar el sentimiento de mercado, es que, más allá de que sean indicadores más o menos espurios, lo realmente relevante es el consenso que sobre los mismos existan.

Si todo el mundo piensa parecido, es altamente problemático para la tendencia imperante. Si hay diversidad de opiniones, la tendencia predominante suele estar a salvo. A esto se le podría llamar, supongo, el metasentimiento.

Realmente no importa lo que digan o no digan unos indicadores que pueden ser incluso completamente absurdos. Lo relevante es si las masas piensan de forma homogénea o no.

Así que si usted quiere entender el sentimiento de mercado e interpretarlo lo mejor posible, no mire los indicadores de sentimiento, sino sobre todo observe lo que dicen los observadores de indicadores, es decir, cierre los ojos y escuche "el ruido del mundo" o de la calle. Y ahí tendrá el mejor sentimiento posible.

Con todo ello, mi percepción es que el mercado es fuerte en estos momentos porque hay demasiadas personas buscando techos, hablando de hasta donde puede llegar la tendencia alcista, buscándole sentido a una tendencia que no entienden o retuiteando viralmente datos teóricamente bajistas.

El mercado de acciones tiende a subir más que a bajar, en magnitudes y en tiempo. Volverse bajista en bolsa, debiera reservarse para momentos muy, muy, pero que muy específicos y siempre apoyado en evidencias más o menos serias que además tengan un alto sentido con respecto al comportamiento del mercado.

Por ejemplo, en los últimos 5 años, sólo me he vuelto bajista una única vez (y cauteloso o neutral sólo en otras 3 ocasiones, de las cuales las 3 cambié de opinión para ser de nuevo alcista pocas semanas después).

Mis principales opiniones sobre la tendencia del S&P 500 (y por extensión de las bolsas occidentales) desde 2020. Solo a finales de 2021 me volví bajista, ¡la única vez en 5 años! Así de escaso debería ser el volverse claramente bajista sobre el mercado de acciones.

Y para dejar de ser alcista, aunque sea simplemente para ser cautelosos, hay que centrarse en elementos analíticos de primer orden, elementos que históricamente y por su propia lógica interna, signifiquen algo de verdad. No se puede renunciar a la tendencia alcista por cualquier chorrada que aparezca en el camino.

Desde mi punto de vista estos elementos de primer orden son tres:

1) La situación macroeconómica, para entender si hay crecimiento o falta de crecimiento y si la inflación es demasiado elevada. Si hay crecimiento económico eso es favorable para los activos cíclicos tal y como lo son las bolsas. Si no hay crecimiento económico es desfavorable para dichos activos.

De forma paralela, una inflación disparada que va a más y más, mes tras mes, es desfavorable para los activos cíclicos, tal y como vimos en 2022 cuando la Reserva Federal de los Estados Unidos subía tipos de interés oficiales al mayor ritmo visto en 40 años, por culpa de la elevada inflación post pandémica.

2) La amplitud de mercado, o el comportamiento general del mercado, suele decir mucho más sobre el ciclo económico-bursátil que simplemente el observar un índice como el S&P 500 o el Nasdaq 100.

Siendo todo lo de más igual, si la amplitud de mercado es positiva, esto es un factor idóneo para los activos cíclicos. Si la amplitud de mercado es negativa, entonces conviene plantearse y estudiar a fondo por qué está ocurriendo esto y si el análisis así lo permite, puede ser elemento suficiente para ser cautelosos en bolsa.

3) El comportamiento interno del mercado. Es decir, valorar más allá de los índices principales y de la amplitud general del mercado, que está subiendo o bajando de verdad con respecto a lo demás elementos del mercado.

Así, si los sectores cíclicos se aprecian con respecto a los sectores menos cíclicos (o defensivos), entonces esto es un factor positivo para el mercado de acciones, porque es normal que cuando las cosas van bien, lo cíclico suba más que todo lo demás.

Y viceversa, cuando los sectores defensivos lo hacen mucho mejor que los sectores cíclicos, eso es una alarma a la que atender porque en muchas ocasiones, no en todas, es "la prueba del algodón" de que algo se ha roto en el mercado.

Un ejemplo de estudio del comportamiento interno del mercado, ratio de consumo básico con respecto a consumo cíclico (XLP:XLY). Cuando el sector defensivo lo hace muy bien con respecto al sector cíclico, suele ser porque algo se ha roto en el mercado y hay que prestar atención.

Desde mi punto de vista, si alguno de estos factores se activa, y especialmente si se activan dos o más de ellos, uno puede empezar a serle infiel a la tendencia alcista. O al menos planteárselo.

Pero buscarle techos al mercado de acciones cuando la macro sigue siendo positiva, cuando la amplitud de mercado es positiva y cuando no hay muestras de un comportamiento interno del mercado negativo, entonces ser bajista o dejar de ser alcistas es un deporte de algo riesgo.

Y de muy elevado riesgo cuando además la opiniones del mercado están bien diversificadas y nada señala que exista algo así como unanimidad alcista en el mercado de acciones. Cosa que, por fortuna, no existe a día de hoy. De hecho, creo que estamos lejos de esa situación de casi "unanimidad alcista".

Todas estas cosas que caben en un artículo y se dicen rápido, realmente son las cosas importantes que he aprendido durante los casi 20 años que llevo invirtiendo. Y sé que son importantes porque perdí dinero cuando no les hice caso.

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