Se confirma la tendencia secundaria alcista en bolsa
La macro, el sentimiento y la amplitud de mercado me señalan que ha nacido una tendencia secundaria alcista
La macro, el sentimiento y la amplitud de mercado me señalan que ha nacido una tendencia secundaria alcista
Al cierre del pasado viernes, por fin la amplitud de mercado pasó a terreno positivo permitiéndome confirmar que probablemente estamos en una tendencia secundaria alcista, dentro de una tendencia primaria alcista (ya que finalmente nunca se llegó a producir un mercado bajistas tras el "crac de Trump").
Como siempre he enseñado desde el inicio de este Club, mi metodología se basa en determinar tendencias alcistas y bajistas en el mercado bursátil en base a que la amplitud, o comportamiento general del mercado, "reme" en la misma dirección de la situación macroeconómica según mi análisis. Y si la macro y la amplitud de mercado coinciden y además se dan en medio de un entorno donde los inversores son escépticos, pues mejor aún.
Dicho esto, vamos a analizar por separado cada uno de los 3 elementos para mayor claridad.

En primer lugar, mi indicador favorito para observar la amplitud o comportamiento general del mercado, el que denomino indicador de "impulsos de amplitud", no ha generado aún una señal alcista, ya que el pasado viernes cerró con un 73,40% de los componentes del S&P 500 sobre sus propias medias de 50 sesiones, lejos del 90% requerido para entender que se ha producido un impulso de amplitud positivo, un fenómeno muy típico al comienzo de nuevos mercados alcistas primarios y secundarios, como el actual.
Entonces ¿cómo es que estoy declarando la amplitud de mercado como lo suficientemente positiva para pensar que las probabilidades son alcistas desde aquí?
Siempre he enseñado que los indicadores sólo son herramientas y que hay que entender lo que están reflejando, para en cada momento entender sus límites y debilidades, por muy buenos que sean de forma general a lo largo de la historia.
Así, si normalmente en una recuperación del mercado bursátil, ya sea primaria o secundaria, casi todas las acciones experimentan una subida súbita, la cual suele marcar el inicio de dichas tendencias primarias y secundarias, en la abrupta presidencia de Trump, después del crac bursátil de abril, todos los sectores bursátiles han repuntado con alegría, con la excepción de dos, el de los sectores bursátiles de la salud y el de la energía, lo que ha hecho que materialmente sea imposible que el indicador de impulsos de amplitud alcance el 90% requerido.
Esto es así porque la Orden Ejecutiva 14297 firmada por Trump el pasado 12 de mayo, donde se exige que el precio de los medicamentos en Estados Unidos sean tan bajos como el país desarrollado con los precios más bajos, hizo que las farmacéuticas cayeran con fuerza en bolsa, dado que se estima que el precio de los medicamentos declinarán entre un -30% y un -80% cuando la medida entre en vigor (180 días después de la publicación de la orden ejecutiva).
Además de esto, lo cierto es que el sector de la salud se encuentra en tendencia bajista desde antes de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, cotizando la desconfianza creada por la candidatura, y luego confirmación, de Robert Kennedy Jr. como Secretario (ministro) de Salud.

Y, por otro lado, el sector de la energía, tampoco ha levantado cabeza ante el temor a una desaceleración económica provocada por la política arancelaria de Trump y, sobre todo, porque esta administración persigue que los precios del petróleo se mantengan reducidos, fomentando que la producción energética nacional se incremente y que otros países, como en general los miembros de la OPEC, estén aumentado su producción en este 2025.

Así, tenemos dos sectores bursátiles que por causas políticas muy específicas, y en especial el sector de la salud, no se encuentran en tendencia alcista a diferencia del resto de sectores, no porque la economía sea contractiva, sino porque así lo ha buscado de forma muy deliberada la administración Trump.
Y es por ello que mi indicador favorito de amplitud no ha generado señal alcista y tal vez ni siquiera la genere en este movimiento alcista.
Por esta razón, como siempre digo, no se puede vivir de un único indicador, ya sea técnico o macroeconómico, y la clave es utilizar una batería de ellos para llegar conclusiones útiles si una mayoría de esos indicares apuntan en una determinada dirección.
Así, otro indicador de amplitud que hemos visto innumerables veces aquí en el Club, por fin generó una señal alcista al cierre del pasado viernes, cuando el acumulado neto de nuevos máximos menos nuevos mínimos de las acciones listadas en la bolsa de Nueva York, superó su propia media de 50 sesiones, algo propio de las fases alcistas del mercado de acciones.

Además, otro indicador técnico de gran importancia para mí, esta vez no de amplitud sino de momentum del mercado y que utilizo para confirmar las señales que generan los indicadores de amplitud de mercado, lleva en positivo desde el pasado 16 de mayo.
Este indicador, muy sencillo y que refleja "explosiones de momentum" del mercado de acciones, se activa cuando el mercado pasa de cotizar al menos un -5% por debajo de su media de 200 sesiones a cotizar un +5% por encima de esa misma media. Es decir, es un indicador que refleja un cambio sustancial de la naturaleza del mercado, desde sobrevendido a sobrecomprado. Y para un seguidor de tendencias, sobrecomprado no es un término negativo, sino todo lo contrario, francamente positivo.
Este indicador no está pensado para dar señales increíblemente tempranas de los nuevos mercados alcistas y de las nuevas tendencias secundarias alcista, sino para confirmar que la naturaleza del mercado es claramente alcista.

Con todo ello, a pesar de la ausencia de un "impulso de amplitud" según mi indicador favorito, la realidad es que la amplitud se está mostrando lo suficientemente positiva y, además, el momentum técnico del mercado es claramente positivo, lo que me hace llegar a la conclusión de que el aspecto técnico del mercado es el de una tendencia secundaria alcista confirmada.
Mi análisis macroeconómico era positivo desde el año 2022, hasta que a partir del pasado 24 de febrero de este año comencé a detectar que la administración Trump estaba intentando algo extraño para un presidente: enfriar la economía para conseguir sus objetivos arancelarios y de tipos de interés con los que refinanciar en mejores términos la elevada deuda del país.
Toda esta historia, como ya hemos analizado en profundidad en anteriores análisis, llevó a que los mercados experimentaran un crac bursátil a principios de abril y a que se dispararan las probabilidades de la llegada de una recesión económica.
Sin embargo, tras el crac bursátil provocado por Trump, los mercados de deuda y crédito globales comenzaron a mostrar importantes signos de estrés, lo que forzó que Trump diera dos pasos atrás en su agresiva política arancelaria, ya que de seguir por aquel camino el riesgo era del de provocar una enorme crisis y que su propia presidencia saltara por los aires.
A partir del anuncio de aplazamiento del aumento de los aranceles a nivel global por pate de Trump, el mercado entendió que la idea de que Trump iba a provocar una recesión económica y un mercado bajista, era principalmente un farol. Idea que ha sido reafirmada porque, cada vez que el presidente anuncia una medida restrictiva en materia de aranceles, al poco tiempo ha anunciado una pausa o ha avisado de que se aproximan mejoras en las negociaciones con terceros países.
Es decir, que donde Trump provocó un crac bursátil, acto seguido y asustado por el comportamiento del mercado de bonos, Trump provocó un "anticrac bursátil" y sigue en las mismas desde entonces, siempre preocupado porque la evolución del mercado sea positiva.
Dados estos importantes vaivenes en las políticas del presidente Trump, se hace más difícil que en otras ocasiones evaluar si el ciclo económico seguirá siendo expansivo. No obstante, lo cierto es que a día de hoy, si bien el mercado laboral siguió enfriándose hasta el mes de mayo, las contrataciones siguen siendo netamente positivas y el número de personas pidiendo ayudas por desempleo sigue sin enviar señales de alarma. Por ello, mi consideración actual es que la situación macroeconómica sigue siendo positiva.


Además, como expliqué recientemente, lo más relevante de la situación macro actual no es lo que muestran los indicadores macroeconómicos, sino el giro de 180 grados que ha experimentado la mentalidad de Trump, junto con su Secretario del Tesoro Scott Bessent.
Si desde finales de febrero y hasta principios de abril hablaban de apretarse el cinturón y de pasar por una fase de desintoxicación en los mercados, desde que el mercado de bonos les mostró los dientes a comienzos de abril, ahora su filosofía es otra, donde el énfasis no se encuentra en reducir el déficit por la vía rápida forzando una bajada de tipos de interés por parte de la Reserva Federal, sino que la nueva consigna es que el déficit ya se reducirá si la economía crece en una gran magnitud.
El antes:
"El mercado y la economía se han vuelto adictos a un excesivo gasto gubernamental y vamos a pasar por un periodo de desintoxicación" (Scott Bessent, Secretario del Tesoro de EEUU , 7 de marzo de 2025)
Y dos meses y medio después:
"Podemos hacer crecer la economía y controlar la deuda a la vez. Lo importante es que la economía crezca más rápido que la deuda. Si cambiamos la trayectoria de crecimiento económico de este país, entonces nuestras finanzas se estabilizarán y podremos salir de este problema" (Scott Bessent 23 mayo 2025)
E igual que la idea de enfriar la economía para reducir el déficit es algo que aterra a las bolsas en el corto y medio plazo, lo contrario, la idea de que el déficit es relativo y que lo importante es crecer, es algo que las bolsas aman. De ahí que, dado este giro de 180 grados en la administración Trump, mi expectativa es positiva en estos momentos.
Como expliqué en noviembre de 2024, si lo que podía ser muy positivo para la economía en el largo plazo, tal como reducir el déficit y la deuda, probablemente se traduciría en problemas en los mercados ya que estos perderían el fuerte estímulo que es el déficit fiscal, ahora nos encontramos en la situación contraria: Trump y Bessent han decidido poner la quinta marcha, crecer mucho, confiar en que el déficit se vaya reduciendo y, en el peor de los casos, que sea otro el que tenga que lidiar con el problema. Desde luego, nada nuevo bajo el sol, pero es algo que es muy alcista para las bolsas.
Pero todo este contexto y a falta de noticias macro que muestren claramente la llegada de una recesión económica, la situación actual es muy diferente y positiva para el mercado de acciones con respecto a lo que veíamos apenas hace dos y tres meses.
Si bien el sentimiento inversor, desde mi punto de vista no es tan importante como la situación de amplitud y de momentum del mercado, ni tan importante como mi valoración de la situación macroeconómica, si que es positivo que la confirmación de esta tendencia secundaria alcista se de en medio de, por lo general, un sentimiento escéptico entre los inversores.
Por supuesto, es posible encontrar datos de sentimiento inversor contradictorios, como el hecho de que, aparentemente, según informaron algunos medios de comunicación en abril, el mínimo del mercado fue comprado masivamente por los inversores minoristas y vendido por los hedge funds o inversores profesionales.
No obstante, si utilizo herramientas que siempre he utilizado de forma consistente a lo largo del tiempo en mis análisis, lo cierto es que los inversores minoristas según la encuesta de American Investors (AAII), sigue mostrando un elevado escepticismo, con un 41,40% de bajistas a seis meses vista, un nivel de escepticismo claro sobre la evolución futura del mercado y lejos de otras lecturas que típicamente han sido propias de momentos de complacencia inversora.

Por todo ello, porque la situación técnica, la situación macro y la situación del sentimiento inversor apuntan en la misma dirección, creo que se ha confirmado la tendencia secundaria alcista en bolsa y que las probabilidades en los siguientes meses y trimestres se encuentran ahí: al alza.
Por supuesto, solo el tiempo dirá y demostrará si ésta será una señal buena con la suficiente magnitud para traer buenas rentabilidades desde aquí. Pero cuando el comportamiento general del mercado (amplitud) y la situación macroeconómica riman en la misma dirección, la historia muestra que las señales suelen excelentes, por lo general.
Típicamente las señales alcistas según esta metodología (amplitud + macro) son más espectaculares cuando se producen tras un prolongado mercado bajista, cuando prácticamente nadie cree que el mercado pueda subir, tal y como ocurrió en noviembre de 2022.
Pero cuando no se producen tras un mercado bajista sostenido en el tiempo, sino tras una fuerte corrección o crac bursátiles de rápida resolución con salida en "V", como por ejemplo las recuperaciones observadas tras la corrección de diciembre de 2018 o la recuperación del shock de la pandemia en 2020, mucha gente tiene grandes dificultades para digerir que el mercado pueda seguir siendo alcista a pesar de la fuerte recuperación previa. Sienten vértigo.

De esta manera, se da la paradoja de que cuando la señal es "espectacular" porque se da en medio de un más o menos profundo y sostenido mercado bajista, a muchos les cuenta desligarse del pensamiento de las masas bajistas y les cuesta creer en la señal alcista. Y cuando la señal se produce tras una salida en "V" con el mercado cerca ya de máximos, también les cuesta creer en la señal "porque el mercado ha subido demasiado".
Y es así, queridos amigos, la razón por la que seguir tendencias es rentable a medio plazo, porque nunca es fácil. Lo que no es fácil en los mercados suele ser rentable porque significa que hay una ineficiencia provocada por el comportamiento agregado de los inversores (miedo a las alturas), que puede ser aprovechada por aquellos inversores disciplinados que piensan en probabilidades y no en términos antropomórficos, como la absurda idea de que un mercado que ha subido, es peligroso "porque da vértigo".
Por raro o contraintuitivo que parezca, las probabilidades siempre son mejores al alza, si precisamente el mercado ha subido previamente. Comprar arriba para tratar de vender aún más arriba, o comprar caro para vender aún mas caro.
Una idea que choca con la mentalidad popular de comprar barato para vender caro, una idea que suena bien pero que tiene peores resultados que hacer lo contraintuitivo.

Momentum alcista llama a momentum alcista y por ello mi escenario es que seguiremos viendo más máximos históricos a corto y medio plazo.