Cuando fundé el Club Bursátil Confidencial en septiembre de 2022, lo hice como continuación de una Masterclass que celebré en julio de 2022, en medio del mercado bajista de aquel entonces, titulada "Cómo detectar el próximo mercado alcista". Y, un poco más tarde en ese mismo año, al cierre de noviembre de 2022, finalmente se dieron los eventos macro y técnicos que esperaba ver y pudimos detectar el mercado alcista que efectivamente había "nacido" el mes anterior.

Siempre, la máxima lección en todo lo que he enseñado en estos casi 3 años, es que los mercados no se pueden predecir porque nadie sabe nada del futuro. Absolutamente nadie. El mundo es complejo, multifactorial y rico en posibilidades. Tal vez, lo aterrador pero también fascinante sobre el futuro, es que un niño de 5 años sabe prácticamente lo mismo que un hombre de negocios en Wall Street.

Por ello, lo único que sí podemos lograr, es tratar de entender lo mejor posible los eventos que se están produciendo en un momento dado y con ello intentar detectar, con el menor retraso posible, el inicio y final de las tendencias que se producen en los mercados financieros internacionales. Entre predecir y esto hay algo más que un gran trecho, ¿verdad?

Como expliqué en el análisis "Sí, el riesgo de mercado bajista se ha disparado drásticamente" del pasado 10 de marzo, en el punto donde hice autocrítica de mi método de análisis habitual (el que enseño), dije que casi todas las herramientas que utilizo para tratar de detectar los mercados bajistas, se basan en la premisa de que ni los gobiernos ni las autoridades monetarias tienen interés alguno en provocar un mercado bajista, lo que hace que en general el comienzo de esos mercados bajistas sean más graduales.

Sin embargo, en los muy infrecuentes y raros mercados bajistas casi instantáneos que son buscados activamente por las autoridades (Reagan/Volcker en 1981 o el actual), no hay tiempo suficiente para que los indicadores líderes o adelantados sobre la economía lancen una señal lo suficientemente temprana y casi todo queda reducido a la observación técnica del mercado, en especial la observación del comportamiento interno del mercado.

Eso es lo único que hemos podido lograr en este ciclo bajista. Darnos cuenta de que algo extraño estaba pasando (¡de esto hace ni siquiera 6 semanas!), luego entender mejor qué estaba ocurriendo y el riesgo que suponía y sólo llegar a avisar de que el mercado por debajo de los 5.666 abría una puerta muy peligrosa, en el cual los operadores más activos tenían que ser cautos (lo de posicionarse a la baja nunca me lo escucharán como recomendación a quien me lee, porque es un deporte de alto riesgo).

Y el peor escenario se ha materializado. Estamos en medio de un mercado bajista instantáneo y crac bursátil. Es verdad que el S&P 500 no ha llegado a corregir el -20% que convencionalmente distingue lo que es un mercado bajista, pero el actual -17,53% va camino de lograrlo y, dadas las circunstancias, tengo pocas dudas.

Además, de todas maneras, da igual, lo que es un hecho absoluto es que esto es un crac bursátil, se llame en el futuro gran corrección o mercado bajista.

S&P 500 en base diaria. El mercado alcista nacido en octubre de 2022, se extendió hasta febrero de 2025. Ahora estamos en un nuevo ciclo.

La caída actual está ya entre las más rápidas de la historia, rivalizando sólo con el crac de 2011 durante la crisis de la eurozona, la crisis financiera rusa y quiebra del hedge fund Long Term Capital Management en 1998, la crisis de los misiles en Cuba en 1962 y, por supuesto, con el celebérrimo crac bursátil de 1987.

No hablo de profundidad de mercados bajistas (todos sabemos, por ejemplo, de 2000-03, 2007-09 o el mismo 2020), sino de rapidez de la caída.

Cierres a la baja del mercado más allá de 3 desviaciones estándar de su propia media simple de 20 sesiones con una pérdida mayor al -15%. Ocurrió en 1962 durante la crisis de los misiles en Cuba, durante el crac de 1987 (dos veces esa semana)...
...durante la crisis financiera rusa y quiebra del hedge fund Long Term Capital Management en 1998....
...y durante la crisis de deuda de la eurozona en 2011 y el caso actual.

Como se habrán dado cuenta, todos estos cracs bursátiles, alejando el zoom, fueron al final enormes oportunidades de inversión a medio y largo plazo. No sólo en el mercado de acciones, sino también en otros mercados. Porque cuando se agita el avispero, aparecen las grandes oportunidades y no creo que esta ocasión vaya a ser diferente. Eso sí, una vez se den los factores alcistas para subirnos al carro.

Dicho esto, mi alerta de cautela sobre el mercado de acciones sigue vigente. Tratar de coger cuchillos que caen no suele ser una buena idea. No hace falta hacerse el héroe. Este lunes o esta semana y las siguientes, tal vez el mercado caiga poco o mucho, nadie lo puede saber porque eso depende de Trump y su equipo. Durante un crac no debe haber prisas, sino espera y paciencia para entender cuando las aguas comienzan a calmarse.

Portada del periódico español "El País" del 5 de abril de 2025. Según mi experiencia y estudio histórico, portadas a toda página que aparecen en los medios de comunicación generalistas, suelen encontrarse cerca EN EL TIEMPO del fin de los mercados bajistas, pero podrían estar MUY LEJOS EN PUNTOS BURSÁTILES del fin absoluto de la caída.

Añadido a esto, desde el cierre del viernes he percibido más un sentimiento de oportunidad de compra que "del fin del mundo", algo que suele ser un mal indicio para que el mercado de acciones haga suelo de forma inmediata. Sí, claro que hay gente hablando de que podría haber un crac como el de 1987, pero cuando a pesar de los avisos de los siempre-bajistas escucho a muchas personas decir que es una buena oportunidad para comprar, el cuento suele acabar mal en el corto plazo.

Noticia de Reuters de la noche del viernes (tarde en EEUU) haciéndose eco de que los inversores minoristas compraron acciones en la mayor magnitud de los últimos 10 años, según el banco JPMorgan.

Además, es bastante improbable que se de una recuperación en "V" sostenible en el tiempo desde aquí y ahora mismo, porque la administración Trump necesita que continúe el derrumbe en los mercados, hasta que la FED de su brazo a torcer y admita que va a bajar tipos, que, recordemos, es lo que está buscando el gobierno.

Sin bajada de tipos oficiales, no se producirá una caída realmente significativa de los tipos de interés de largo plazo, que es lo que EE.UU. debe refinanciar de forma masiva este año.

Últimamente se dice que el muro de deuda a refinanciar al que se enfrenta EE.UU. se ve antes desde el espacio que la Gran Muralla china.

El pulso entra en su fase final

Sobre este pulso entre el Trump y el Tesoro (Bessent) contra la Reserva Federal, hemos asistido a un nuevo capítulo en esta semana que ya termina. La Reserva Federal, por ley, tiene dos "ejes de juego", el de controlar la inflación y el de ayudar a mantener el equilibrio en el mercado laboral.

Si el mercado laboral está bien, la FED pone la mayor parte de su foco en la inflación, ya que es su mandato legal. Este viernes pasado, el dato mensual oficial de creación de empleo fue sólido, con una economía estadounidense creando en marzo 228.000 puestos de trabajo, superior a las expectativas de los economistas y negando enfriamiento alguno de la economía hasta el momento.

Creación mensual de empleo en EEUU desde enero de 2021 hasta marzo de 2025. Una lectura sorpresivamente baja o, por supuesto, negativa, abriría las puertas a que la FED rebaje los tipos de interés.

Por ello, aunque el mercado ya está descontando importantes recortes de tipos de interés de corto plazo en este 2025, con estos datos macro de empleo y con el debate entre economistas de que los aranceles podrían ser inflacionarios, sobre todo si no se produce una recesión económica, la FED no puede bajar tipos de interés (o comunicar que los va a reducir) porque se estaría saltando su mandato legal y si no llega la recesión podría estar retroalimentando un fenómeno inflacionario, algo que no podría perdonarse ni desde el punto de vista legal, ni político ni, diría yo, ético.

La lectura de mercado más respetada sobre las expectativas de inflación a largo plazo, es la expectativa a 5 años de la inflación que habrá en los siguientes 5 años (10 años en total). Este mercado, que ha marcado mínimos de varios años el pasado viernes, está señalando que los aranceles no son inflacionarios a largo plazo y que más bien el riesgo es una recesión de naturaleza desinflacionaria.

Da igual si los aranceles son inflacionarios o no. Muchos dicen que sí, pero el mercado está votando que no, tal y como hemos visto en el gráfico inmediatamente anterior. Aquí lo importante es que la FED es un actor sujeto por unas reglas muy específicas y solo puede cambiar su paso si se crean las circunstancias propicias: que llegue a una conclusión sólida de que viene una recesión y, en consecuencia, pérdida de empleo.

Así, este mismo viernes pasado y tras publicarse el dato de creación de 228.000 empleos en el mes de marzo, Jerome Powell no pudo dar su brazo a torcer y dijo cosas como que "nuestra obligación es mantener bajo control las expectativas de inflación de largo plazo y estar seguros de que un repunte de los precios puntual [por los aranceles] no se convierta en un problema inflacionario continuo", o lo de "es demasiado pronto para decir cual es el camino adecuado a tomar en materia de política monetaria".

Que, traducido entre líneas, es como si estuviera diciendo lo siguiente: "sé que va a haber una recesión, sé que se va a perder empleo, pero chicos, mi trabajo está marcado por ley y, o veo destrucción de empleo o un gran crac bursátil para cambiar de guion, o seguiré con la cantinela de la inflación".

Horas antes el presidente Trump le sugirió a Powell que lo mejor que podía hacer el presidente de la FED es recortar tipos de interés, pero con estas declaraciones Powell le dijo que, de eso, nada de nada.

Post de Donald Trump en su red social el 4 de abril diciendo "Este podría ser un momento PERFECTO para que el presidente de la FED Jerome Powell recorte los tipos de interés. Él siempre llega tarde, pero podría cambiar ahora su imagen y hacerlo rápido. El precio de la energía está declinando, los tipos de interés [de largo plazo] están declinando, la inflación está declinando, incluso los huevos han bajado un 69% y el empleo está al alza, todo en dos meses - UNA GRAN VICTORIA para Estados Unidos. RECORTA LOS TIPOS DE INTERÉS, JEROME, Y DÉJATE DE JUEGOS POLÍTICOS".

Pero lo más relevante del día, todo en la misma jornada del viernes, aún estaba por llegar. Con el mercado entrando en un crac histórico, con el día cerrando con una caída de casi el -6% en el índice S&P 500, y tras ver que la FED seguía sin anunciar recortes de tipos, Donald Trump lanzó un post en su red social, que si no lo contradice antes de la apertura de este lunes, es una bomba para que los mercados continúen con sus retrocesos. Dijo "sólo los débiles serán derrotados", queriendo decir que si la FED no da su brazo a torcer, el tampoco y más daño ha de verse en las bolsas.

Índice S&P 500 en base diaria.
Post de Trump en su red social tras el cierre del mercado el pasado 4 de abril: "Sólo los débiles serán derrotados".

Así que, ahora mismo, el número de cosas que pueden hacer que la FED cambie su postura y recorte tipos de interés lo más rápido posible, son esencialmente dos: por un lado que el mercado de acciones sufra tal descalabro que la FED admita que eso va a provocar una recesión y le haga cambiar de opinión. Y, por otro lado, como hemos dicho, que el mercado laboral comience a mostrar signos de que se van a producir despidos.

Dado que el próximo dato oficial de empleo mensual a publicar en mayo está muy lejos de las fechas actuales, bastaría con que el muy seguido indicador de nuevas solicitudes de ayudas por desempleo en EE.UU. (initial claims), el cual se publica cada jueves, repunte lo suficiente como para que la FED llegue a la conclusión de que la economía está ante un riesgo real de recesión.

En las últimas semanas las nuevas solicitudes de ayuda por desempleo han mostrado lecturas completamente benignas. Pero si este indicador semanal comienza a repuntar y supera el nivel de las 260.000 solicitudes, ya no habría casi dudas de que la economía estadounidense se dirige hacia una recesión.

El mercado de acciones de aquí en adelante

Hasta ahora en este análisis he nombrado el mercado de acciones, sobre el que aún tengo que añadir unas notas.

La clave es que estamos en medio de un crac bursátil, que comprar "cuchillos que caen" suele ser un error grave y, en mi opinión, más en esta ocasión en la que el pulso entre Trump y la FED sigue en marcha.

Los crac bursátiles no se resuelven en 2 o 3 días con una salida en V, sino que normalmente y, en el mejor de los casos, son necesarias varias semanas de "digestión" antes de que se puedan dar subidas sostenidas de varios meses y trimestres. Repito, eso en el mejor de los casos entendiendo que las circunstancias macro fuesen favorables.

El crac de 1987 que registró un retroceso del -36% de máximos a mínimos, requirió de un periodo de digestión de casi 2 meses antes de empezar a subir "de verdad". Ayudó en la pronta recuperación que no hubiera una recesión económica en marcha.
El crac de 1998, que registró un retroceso del -22,45% de máximos a mínimos, requirió de un periodo de digestión de mes y medio antes de empezar a recuperar la tendencia alcista. Aquí ayudó que la FED bajó tipos y no había recesión económica.
El crac de 2011, que registró una pérdida del -21,59% de máximos a mínimos, necesitó un periodo de digestión de unos dos meses, antes de volver a subir. Como en los dos casos anteriores, ayudó el hecho de que no había recesión en Estados Unidos (aunque sí en Europa).

Como se ve, históricamente un crac bursátil no se ha recuperado de un día para otro, sino que necesita de un tiempo de "digestión". Eso en el mejor de los casos, ya que tras un primer rebote bien podría seguir descendiendo si el entorno macro fuese muy negativo.

En todo caso, para tratar de entender cuando la tendencia vuelve por el camino alcista, aparte de intentar comprender el contexto según se va produciendo, observaremos sobre todo lo que utilizamos para detectar el último mercado alcista en noviembre de 2022: los impulsos de amplitud.

Una de mis herramientas favoritas para detectar nuevos movimientos al alza que tienden a ser sostenidos en el tiempo, son los "impulsos de amplitud". En este caso, el impulso de amplitud se da cuando el porcentaje de acciones componentes del índice S&P 500 que están sobre sus propias medias de 50 sesiones, pasan de ser menos del 20% (caso actual) a la situación contraria, a ser más del 90%. Esto suele indicar un cambio radical en la naturaleza del mercado. No obstante, como todos los indicadores, nada hay perfecto y se necesita análisis del contexto del momento para entender las mayores o menores probabilidades de estas señales o indicios.

El mercado de bonos de aquí en adelante

En el muy reciente análisis del pasado 26 de marzo titulado "Como se comportan los diferentes activos de inversión en caso de recesión", expliqué que en una recesión o desaceleración desinflacionaria, donde la inflación esperada a largo plazo no repunta -el cual parece ser el caso actual-, el activo que ofrece un mejor riesgo / beneficio para ser operado, son los bonos soberanos de países refugio como Estados Unidos o Alemania.

Es decir, que son el activo que, llegado el momento adecuado, suben casi en línea recta y sin apenas retrocesos, lo cual los hacen muy aptos incluso para los especuladores de muy corto plazo.

Por supuesto me refiero a bonos soberanos de larga duración, con vencimientos a 10 o 30 años. Yo particularmente prefiero los de 10 años (ETF "IEF" o su versión UCIT IE00B1FZS798 en Europa) porque tienen menos retrocesos que los bonos a 30 años (ETF "TLT" o su versión UCIT IE00BSKRJZ44 en Europa), pero, a cambio, el bono de 30 años ofrece un mayor potencial de revalorización en estos casos.

También para las circunstancias actuales y para el caso de inversores europeos, puede ser apropiado comprar ETFs de bonos cubiertos del riesgo divisa como IE00BGPP6697.

Es importante entender que esto NO significa que los bonos soberanos tienen que subir a la vez que la bolsa baja. Perfectamente podemos estar en un crac bursátil y los bonos mantenerse planos o incluso caer porque se está produciendo una liquidación general del mercado y múltiples inversores se ven forzados a reducir sus posiciones seas cuales fueren.

Lo que hace subir los bonos "en línea recta como un cohete", es que la FED recorte o anuncie que va a recortar los tipos de interés oficiales. Ese es el momento clave.

En gráfico de velas, ETF "IEF" de bonos soberanos entre 7 y 10 años cotizado en la bolsa de Nueva York. En línea continua los tipos de interés oficiales determinados por la Reserva Federal. Puntos rojos, comienzo de fases de desaceleración de la economía según el indicador adelantado de la OCDE para el G20 (más sobre este indicador en este enlace). Los bonos, casi por definición, suben cuando los tipos de interés oficiales se reducen y suben "como la espuma" cuando se produce una racha rápida de recortes de tipos de interés oficiales, algo que ocurre en momentos de recesión o de fuerte desaceleración económica. Cuando los tipos están a 0% como ocurrió entre 2008 y 2016, la mera llegada de una desaceleración económica, ya fue suficiente para que los bonos se dispararan.

El Oro de aquí en adelante (y de la Plata por extensión)

Mucha gente se ha extrañado de que el Oro declinó un -2,22% el pasado viernes mientras las bolsas se hundían. ¿No se suponía que el Oro subía en momentos de temor en los mercados y las economías mundiales?

Precio de la onza troy de Oro en dólares. Base diaria. Tras alcanzar máximos históricos el pasado jueves, ha corregido durante dos días (de forma moderada).

Como siempre he explicado, es cierto que el Oro puede repuntar en el muy corto plazo por eventos geopolíticos o económicos de alta intensidad, tal y como ocurrió en los primeros días de la invasión rusa sobre Ucrania a comienzos de 2022.

Pero este tipo de fenómenos, por supuesto a falta de una Guerra Mundial, suelen ser eventos pasajeros. Como llevo explicando desde diciembre de 2023 (ver análisis "Por qué el Oro puede ser la gran sorpresa de 2024") y en otro análisis que le dio continuidad en abril de 2024 (ver "El Oro podría estar ante una subida masiva como la de los años 70. Y el movimiento ya ha comenzado"), el precio del Oro, al menos desde 1971 tras el "Shock de Nixon", se movía según las variaciones en las expectativas de tipos de interés reales a largo plazo [si no estás familiarizado con este concepto, recomiendo leer esos dos análisis].

Pero, precisamente, como vengo relatando durante los dos últimos años, desde la primavera de 2022 cuando Occidente congeló 300.000 millones de dólares que Rusia tenía en el exterior, como respuesta punitiva a la invasión de Ucrania, el Oro parece haber cambiado de fundamentales macro y se mueve por otros factores.

En azul claro precio del Oro en dólares. En azul oscuro e invertido por motivos didácticos, tipos de interés reales. Desde 1971 hasta 2022, las tendencias en el precio del Oro dependían de los tipos de interés reales, pero desde 2022 algo cambió.

Tal vez este cambio en el comportamiento del mercado del Oro se produjo porque los bancos centrales, tanto de países amigos de Occidente como de países y "no alineados", tomaron consciencia de la falta de neutralidad del sistema financiero internacional, tras ver como Rusia "perdió" 300.000 millones de dólares de la noche a la mañana, o tal vez también por la crisis económica en China, donde los chinos han encontrado en el Oro la vía de escape a su situación de control de capitales.

Aunque China es un gran país y potencia económica, lo cierto es que la fuerte crisis inmobiliaria hundió la confianza de los consumidores chinos y sigue en niveles depresivos desde entonces.

Ahora bien, de todo esto me he hecho eco, como digo, durante los dos últimos años, pero aparte de explicar que el Oro podría subir "como la espuma" porque en tiempos de cambio es cuando surgen grandes tendencias históricas, siempre señalé que el elemento adicional que podría hacer que el Oro volara, sería la llegada de una recesión Estados Unidos, porque eso haría que los tipos de interés reales se hundieran, el cual ha sido históricamente el factor que hacía que el metal dorado se apreciase.

O, dicho de otro modo, si ya estamos en una tendencia alcista histórica de gran magnitud en el mercado del Oro por otras razones como las descritas, si además a eso se le une una potencial recesión en EE.UU. que fuerce una bajada de los tipos de interés reales, los cuales como los bonos dependen en buena medida de que la FED recorte rápidamente tipos de interés, tal vez el Oro podría entrar en una espiral alcista.

Tipos de interés reales en EEUU. A pesar de los elevados tipos de interés reales actuales, el Oro ha presentado una de las mayores subidas de su historia. Mi idea es que si además estos tipos reales descienden porque la FED reduce los tipos de interés oficiales, el mercado del Oro puede acelerarse aún más.

Por todo ello, al igual que ocurre con los bonos, el Oro puede caer en el corto plazo porque una variedad de inversores se pueden ver forzados a liquidar sus posiciones en medio de un crac general de mercado. Esto es algo que ha ocurrido en otras crisis. Pero las clave, se produzca esta "caída por liquidación" o no, es que las probabilidades se vuelven muy alcistas una vez que la FED recorta tipos de interés, o comunica que los va a recortar, porque menores tipos de interés oficiales reduce los tipos de interés reales y esto es favorable para el Oro.

En velas mensuales el precio del Oro en dólares. Línea continua en magenta, tipos de interés oficiales en EE.UU. Cuando se comienza un nuevo ciclo de recorte de tipos de interés (líneas verticales), suele ser un factor favorable para el precio del Oro.
Gráfico del precio del Oro en dólares entre 2019 y 2020. El Oro, que se encontraba en tendencia alcista desde 2019 gracias a que la FED comenzó a reducir los tipos de interés y que terminaría con una gran revalorización a finales de 2020, llegó a sufrir pérdidas de hasta el -20% al comienzo de la pandemia por ventas forzadas de liquidación, sin que ello supusiera cambio alguno en su tendencia de fondo.

Finalmente, hay que recordar que Oro y Plata son ambos metales preciosos. Y aunque cada uno tiene sus particularidades y diferentes rentabilidades a largo plazo, siendo la plata considerablemente menos rentable, lo cierto es que sus tendencias son muy similares.

Así que lo que ocurra en el mercado del Oro, es lo mismo que suele ocurrir en el mercado de la Plata, solo que esta última es considerablemente más volátil en tiempos de crisis, algo que suele ser la delicia de los operadores más agresivos, pero que también puede ser aprovechado por inversores de menor riesgo en estos momentos de crisis.

Precio del Oro y la Plata desde 2011.

En fin, espero que todos estos comentarios te sean de ayuda para entender lo que está ocurriendo en estos momentos y cuáles son las oportunidades que se abren a partir de aquí.

Como siempre, lo iremos viendo según se sucedan los acontecimientos.

Compartir esta publicación
¡El enlace ha sido copiado!