Como se puede imaginar, estimado suscriptor, el tener un perfil relativamente público hace que me lleguen muchos comentarios e ideas compartidas a través de las redes sociales.

Según cada momento o fase del ciclo económico-bursátil, el tipo de cosas que me llegan van variando. Últimamente, aunque he de decir que ni mucho menos de forma abrumadora, me llegan comentarios del tipo de que la bolsa estadounidense está formando un techo, o incluso de que parece estar gestándose una "trampa alcista", donde el mercado formaría un nuevo máximo "por los pelos", para luego girarse violentamente a la baja. Sea cual sea la variante que se elija, de lo que no hay duda es que estamos en época de buscadores de "techos bursátiles".

Y no me extraña nada que esto esté ocurriendo, ya que este pensamiento se hace bastante común cuando el mercado se ralentiza después de haber logrado una buena subida en los meses o trimestres previos.

Después del fuerte repunte en la jornada posterior a la victoria electoral de Donald Trump, el índice S&P 500, a pesar de encontrarse en máximos históricos, ha frenado el ritmo de subidas y en los tres últimos meses ha cotizado en lateral con varios sustos de por medio (el cambio de paso de la FED en diciembre, DeepSeek en enero y las amenazas de aranceles por parte de Trump).
La búsqueda de techos bursátiles se dispara más en índices como este del Dow Jones Industrial Average, donde el proceso lateral consiste en una corrección relativamente pronunciada, continuada por un rally y donde parece visualmente que la formación final será una de "doble techo".

Sin embargo, según mi experiencia, esto es simplemente un efecto psicológico (o defecto psicológico) más que una realidad que sirva de algo en los mercados. El cerebro humano es uno que está diseñado para detectar patrones en todo aquello que ve y escucha.

No sé casi nada de biología evolutiva (ni de biología a secas), pero recuerdo que una de las características que hacen a los humanos seres inteligentes capaces de "dominar la creación", es que somos capaces de memorizar y planear y que ambas tareas necesitan que nuestros cerebros sean unas poderosas máquinas de procesar patrones.

Por supuesto, esta increíble capacidad mental es una de las herramientas que han hecho que el ser humano haya puesto un pie en la luna, pronto en Marte y quién sabe donde en un futuro lejano.

No obstante, como todo gran poder, el mismo suele venir acompañado de debilidades según el diseño de dicho poder. Por ejemplo, nuestro cerebro está optimizado para la vida natural en la tierra.

Ejemplos hay muchos, pero uno sencillo es el que ilustra la siguiente imagen, donde se representan círculos exactamente iguales coloreados con un gradiente que va desde blanco al negro. Los círculos que comienzan por arriba con el gradiente en blanco nos parecen esferas, mientras que que los círculos que empiezan desde el color negro, nos parecen cóncavos o huecos. Tanto es así que, si le damos la vuelta a la imagen, las esferas se convierten en huecos y los huecos en esferas. Nuestro cerebro simplemente ve esferas o huecos según como se presente la información.

Dele la vuelta y verá como las esferas se convierten en huecos y viceversa.

Este efecto psicológico se produce porque hemos nacido en un planeta con un único foco de luz que es el sol, el cual ilumina siempre desde arriba y, por tanto a través de los eones, el cerebro de los animales ha sido "programado" para interpretar automáticamente que todo objeto con una sombra por debajo es un objeto convexo, mientras que un objeto con una sombra por encima es un objeto cóncavo.

Pero no lo son, sólo son dibujos de círculos con gradientes, ni cóncavos ni convexos.

Otro ejemplo de ilusión óptica, que en verdad es una ilusión mental, es la del tablero de ajedrez de Adelson, en donde se percibe que el color de la casilla "A" es más oscuro que el de la casilla "B", cuando en realidad son del mismo color. Si no me cree, descargue la imagen, vaya a un programa de edición de imágenes y capture el código de color de cada casilla. Yo lo he hecho por usted y el código de color es #6f7070.

Ilusión óptica del tablero de ajedrez de Adelson

Bien, pues todo esto ocurre de forma similar cuando miramos gráficos de cotizaciones. Nuestro cerebro optimizado para operar en la naturaleza salvaje, cae en el engaño una y otra vez, creyendo que ve patrones de techo cada vez que el mercado se aplana o pasa por una fase lateral.

No estoy diciendo que no se puedan observar patrones en el mercado. Estoy diciendo que cualquier cosa que se observe será una observación seria cuando se pueda definir con exactitud y que algo que "se ve" de forma subjetiva, pero sin medida concreta, cae en el elevado riesgo de ser una mera ilusión óptica.

Un inversor ha de ser muy consciente de que el mercado en una entidad artificial, en el sentido de que ha sido creada por los seres humanos y, por tanto, son proyecciones mentales que no se rigen por las reglas de la naturaleza o la física. ¿Cuántas veces no se habla de que el mercado da vértigo cuando ha subido mucho aún a pesar de que los mercados no pueden sentir esa sensación y de que no existe la gravedad en ellos?

Todo esto que puedo explicar de forma fenomenal, no lo sé explicar así de bien por lo inteligente y docto que pueda ser, sino porque he perdido más que suficiente dinero, así como el que he dejado de ganar, para saber que es exactamente así.

¿Cuántos techos no llegué a identificar para a continuación ver el mercado seguir subiendo como la espuma? Los suficientes como para saber que la mente está predispuesta a ver esos techos, cuando al mercado le da igual lo que la mente de las personas puedan "ver", simplemente porque los mercados no pertenecen a la esfera del mundo natural.

En el muy corto plazo, por supuesto, el mercado podrá corregir, al fin y al cabo los mercados fluctúan constantemente, pero a la hora de invertir es mejor hacerlo gracias a elementos objetivos, como el saber si un mercado está en tendencia alcista o no, que dejarnos llevar por patrones visuales y corazonadas, que de media suelen arrojar malos resultados.

Si la tendencia de crecimiento económico y la tendencia de cotizaciones son alcistas, simplemente lo más racional es seguir manteniendo expectativas alcistas porque seguir tendencias es algo que se puede definir objetivamente y porque históricamente ha funcionado bien de media (factor de inversión de "momentum").

La gran fortaleza que muestra el Oro es un fortaleza histórica

Cambiando de tercio, y aunque del Oro solo hablamos de vez en cuando porque suelo centrarme más en las acciones el cual es mi "mercado base", el metal dorado está experimentando un gran auge, con nuevos máximos históricos que le acercan a los 3.000 dólares por onza y mostrando rentabilidades superiores a otros activos tradicionales.

El Oro, en este gráfico observado a través del ETF "GLD" en el panel inferior, está mostrando rentabilidades interanuales sobre el 40% (panel superior), de la misma magnitud que mostró durante el gran mercado alcista de principios de siglo y que culminó en 2012.

Así, desde el análisis titulado "Por qué el Oro puede ser la gran sorpresa de 2024" el Oro se ha apreciado un +41,46%, mientras que el S&P 500, el cual también ha disfrutado de excelentes rentabilidades desde entonces, se ha apreciado en este tiempo un +30,09%.

Precio del Oro en dólares y media de 10 meses.

Como decía en aquel análisis del 28 de diciembre de 2023 (y que recomiendo leer a quien aún no lo haya hecho para entender en profundidad el mercado del Oro):

Es un principio clásico que si un mercado tenía que haberse mostrado débil por sus fundamentales y que, sin embargo por lo que sea sube, es muy probable que, cuando por fin los fundamentales remen a su favor, lo haga de forma explosiva.
Son los "debería haber pasado así pero ha ocurrido lo contrario" las situaciones que suelen presentar las mejores situaciones en un mercado. Cuando algo no cuadra es que puede estar gestándose algo importante.

Luego, un poco más adelante, en abril de 2024, volví a hablar del Oro en el artículo "El Oro podría estar ante una subida masiva como la de los años 70. Y el movimiento ya ha comenzado." para explicar que estábamos y estamos ante un evento histórico de primera magnitud de los que sólo se dan una vez cada siglo en este mercado:

De nuevo, esto no debería estar ocurriendo pero está pasando, lo que sugiere que algo se está moviendo en las placas tectónicas de las finanzas globales [...] Que se rompa la relación del Oro con los tipos de interés reales (recuerda, la diferencia entre los tipos de interés de largo plazo que cotiza el mercado y la inflación que también estima el mercado a ese largo plazo), es el equivalente moderno al fin de la convertibilidad del dólar en oro que llevó a cabo el presidente Richard Nixon en 1971 (Nixon Shocky que se había establecido en 1944 con los acuerdos de Bretton Woods, donde se estableció el nuevo sistema monetario internacional que imperaría tras la Segunda Guerra Mundial.

Y, pasado menos de un año, resulta que me puedo reafirmar en todas aquella palabras de entonces. Efectivamente, lo que era una hipótesis mía, ha empezado a ser vox populi hasta tal punto que es el nuevo Secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Scott Bessent, quien opina que estamos en un momento de cambio del sistema monetario internacional.

Lo que en su día fue una observación indirecta, a la postre y hasta el momento acertada, ha empezado a visibilizarse como una nueva realidad de enormes implicaciones en todos los activos financieros y en especial para el Oro. Son ya varias las fuentes que hablan de que la administración Trump estaría buscando lo que ha venido en denominarse el "acuerdo de Mar-a-Lago" o en inglés el "Mar-a-Lago accord", en referencia a que se estaría buscando un acuerdo similar, pero con más aspectos adicionales, al alcanzado en 1985 para depreciar el Oro (Plaza Accord).

El índice dólar estadounidense antes y después del acuerdo del Plaza. Si se produce un tipo de acuerdo similar en la actualidad en el sentido de las cosas que se están hablando, cabría esperar una fuerte caída del dólar y una fuerte revalorización del Oro.

Aunque no voy a entrar en largas disquisiciones para lo que aún no es ni de lejos un hecho confirmado a día de hoy, la administración Trump estaría buscando que el dólar siguiera siendo la divisa de referencia y reserva mundial, pero que los diferentes bancos centrales alrededor del mundo acuerden depreciar el dólar estadounidense y, a la vez, seguir comprando bonos del Tesoro de los Estados Unidos para mantener bajos los tipos de interés de largo plazo.

En todo este esquema donde el dólar se depreciaría sustancialmente, el Oro sería visto como una reserva aún más importante de lo que ha venido siendo en las últimas décadas, volviendo a tener un rol clave en las reservas de los bancos centrales exactamente como ocurría antes del "Nixon Shock" de 1971.

Soy consciente que todos estos temas relativos al Oro pueden llegar a ser bastante espesos. Pero no se preocupe, a medida que se vayan produciendo nuevos eventos, los iremos comentando y desbrozando aquí en el Club, porque para eso está el Club, para entender en tiempo real el significado de los diferentes eventos económicos y financieros.

Lo importante es entender que (i) el Oro sigue en una situación completamente anómala para lo que han sido sus fundamentales macroeconómicos en las últimas cinco décadas, (ii) que cuando suele ocurrir así es porque está produciéndose un cambio sísmico en los mercados internacionales y que (iii) este tipo de cambios pueden llegar a producir enormes tendencias de años de duración y de gran magnitud.

Tan fuerte es ahora mismo la tendencia del Oro, que incluso la noticia de que Estados Unidos quería negociar con Rusia la paz en Ucrania, algo que típicamente haría bajar el Oro porque desinflaría tensiones geopolíticas, ha sido completamente ignorado por el mercado y hoy mismo, a la hora en que publico este análisis, el Oro ha vuelto a marcar un máximo histórico en los 2.936 dólares por onza troy. Tanta fortaleza incluso en el corto plazo ante noticias que deberían ser negativas para este mercado, revela que la tendencia sigue siendo extraordinariamente firme.

Hoy 18 de febrero, tras mucho tiempo de distancia diplomática, se han reunido en Arabia Saudí las delegaciones de primer nivel de Estados Unidos y Rusia.
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